Llevo días pensando en que quizá sería un buen momento (es un mal momento en general) de escribir esa novela que llevo tiempo queriendo hacer.
Al fin y al cabo he vuelto a retomar el hábito diario de escribir algo, lo que sea, a veces sin sentido. Otras, con toda la intención.
Creo que ha llegado el día en el que he de pensar en que no voy a salir vivo de ésta y que, tal vez, me queden menos años de los que creía que viviría.
No sé si la escribiré en primera o tercera persona, aunque creo que eso no tiene demasiada importancia. Siempre me he perdido en los detalles, como si lo periférico tuviera más importancia que lo esencial hasta llegar a ahogarlo.
No sabría decir hasta qué punto eso ha determinado mi vida y la dejado varada en este punto muerto en el que siento que estoy ahora.
Si pudiera vivir otra vida paralela a ésta, creo que hubiera modificado tantas cosas que, probablemente, viviría en otra parte del mundo, con otras personas distintas a las que tengo alrededor mío, pero si sólo tuviera una sola (ésta) cambiaría pocas cosas o ninguna. Y aunque esto es algo que he dicho muchas veces en este blog, ahora lo "siento" así más allá de lo imprescindiblemente intelectual.
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